Poesía
.
En silencio, como única premisa, accedo a mi
cerebro
dispuesta a percibir el eco emocionante de algún
verso.
Se ralentiza el tiempo y permanezco muda y
expectante,
y el corazón se mece al compás
galopante de su sangre.
Un runrún se aproxima, y me invade un ligero
escalofrío
que va creciendo dentro y que se reproduce desde el
mismo
momento en que me alcanza: un soplo afectuoso de
poesía
recorre dulcemente mi conciencia nublándome la
vista.
Quizá el poder poético resida en un tira y afloja
entre unidades sabias y enfermizas de chispas
nerviosas.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario