El aire se me atraganta
y siento como un vahído,
como un yugo, un alarido,
un cristal en la garganta.
¿Será tal vez que me espanta
este silencio estridente?
¿O tal vez será mi mente
que no capta la razón
de este ahogo, esta opresión
que ruge y mata silente?
.
Quiero gritar y me muerdo
al no encontrarme la voz;
me espera un destino atroz
encerrada como un cerdo.
Y me viene aquel recuerdo,
de entonces, cuando escribía.
Pero el horror me extravía,
y un estertor anhelante
me sacude sibilante
confirmando la agonía.
.
Bonitas décimas a pesar de ese toque final tan triste... Felicidades poeta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Trataba el reto de imaginar que estamos encerrados en una caja oscura y se nos acaba el oxígeno...Jejeje. No sé si lo conseguí. Gracias por leerme, poeta. Un abrazo.
ResponderEliminarUn gusto leerte....saludos....bellas tus letras
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra. Me alegra que te gusten mis cosillas. Besos.
Eliminar