lunes, 29 de enero de 2018

Errores...

Me descoloco a veces, solo a veces,
me desubica el modo en que amanezco,
si me levanto lúcida, florezco
y dejo de exponer estupideces.
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Por el contrario, brotan indiscretas,
si el despertar me coge del revés,
palabras hilvanadas por los pies,
tildadas, sin pudor, de analfabetas.
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Pero nací con esa idiosincrasia
que voy armonizando con la vida,
de modo que jamás caiga vencida
ni deba recurrir a la eutanasia.
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Digamos que acomodo mis errores
a los vientos del sur, acogedores.

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martes, 23 de enero de 2018

Dale que dale...

Contaré que una muchacha,
de cuyo nombre me olvido,
quiso probar lo prohibido
creyendo que estaba en racha.
Y un día, estando borracha,
se atrevió con unos versos.
¡Ay, amigos, qué perversos
aquellos que la incitaron!,
casi, casi la mataron,
con tantos juicios adversos.
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Pero, a pesar de esos lodos,
se consideró poeta.
Se armó de una metralleta,
y arremetió contra todos.
¡Vaya talante, y qué modos!
Ella insistía, insistía
en que el verso le atraía
y que amaba sus romances,
y –se dijo- que estos lances
se zanjan con osadía.
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Y así fue que esa chiquilla
comenzó aquella aventura
pregonando su locura
por los campos de Castilla.
Toda la prensa amarilla
la avisó de su obsesión
en ser carne de cañón:
¡el que no vale, no vale!
Pero ella, dale que dale,
¡a vueltas con la canción!
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sábado, 20 de enero de 2018

Mi amante (cuadernas vías o tetrástrofos monorrimos, o como se diga, jejeje)

Me enamoré del mar, del aire, de las flores,
de la lluvia y la música, y de los escritores.
Me enamoré del arte engendrado de ardores,
y de esos versos tuyos humeantes de amores.
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Las letras desgarraron mi incertidumbre a tiras:
los gloriosos sonetos, las románticas liras,
caldearon mi espíritu, alejaron las iras,
y tembló en mi interior la emoción que me inspiras.
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Mi amor es literario, persigo la escritura,
las palabras, el léxico, el ritmo, la textura;
y, perdida entre voces, se enreda mi locura
que se filtra solemne generando frescura.
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Querido creador, que aleteas errante
por esos mundos mágicos, cautivo, palpitante…
Eres tú, sin dudarlo, mi mejor excitante,
mi eterno enamorado, mi apasionado amante.

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viernes, 19 de enero de 2018

Mariano...

ELLA
- Me tienes hasta el moño, Baldomero,
pues eres un gandul señoritingo
que en vez de trabajar te vas al bingo
jugándote el cartón con mi dinero.
EL
- Pero mujer, si solo juego un poco,
y vamos pronto al cine cuando gano,
y siempre, siempre, siempre de la mano,
pues sabes que tu amor me vuelve loco.
ELLA
- No sigas que te tiro el cenicero,
si quieres ir al bingo, te lo curras,
y mientras ese pleito no discurras
aquí tienes el mocho y el plumero.
EL
- Pero, querida, le hablas a un poeta
que sabes que le priva la cultura;
y siento que no llegues a mi altura,
pero eso no es razón de tu rabieta.
ELLA
- A ver, Mariano, cielo, no te enteras;
ya sé que no es tu nombre, pero, a veces,
deduzco que es el nombre que mereces,
pues dañan tus sandeces puñeteras.

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martes, 16 de enero de 2018

Crepúsculo...


Tras los montes, el sol se desvanece
derramándose en ríos de emociones:
el galáctico malva palidece
entre rojos y cósmicos neones.
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Tras los montes, mi pálpito adivina
enigmáticos cantos de sirena
en asaz comunión con la opalina        
alborada impaciente, de verbena.
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Tras los montes, mis ojos se apresuran
a indagar la mudanza de los cielos:
resplandores de luz que me procuran
los instantes granados de mis vuelos.
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El crepúsculo oculta el pentagrama
que, al albur de los dioses, desparrama.

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jueves, 11 de enero de 2018

Tristeza...

Mi interior se abastece de belleza
(la que vuela y circula por el mundo)
y, al decirlo, lo escribo y lo difundo
porque quiero que expire la tristeza.
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La divina y locuaz naturaleza
despertó mi carácter vagabundo,
y por ello este cántico rotundo
le confiere a mi voz de más firmeza.
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Con la lluvia y el viento resucito,
recompongo el aliento adulterado,
y matizo, de nuevo, mis andares.
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Nada impide que firme el plebiscito
que congéneres míos han firmado,
a favor de una luna entre olivares.
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domingo, 7 de enero de 2018

Andar, andar, andar...

Camino, y al andar trazo mi vida.
Unos pasos tras otros y otros más;
y el rumbo, con su efímero compás,
te va llevando, terco, a la salida.
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Si me detengo, asumo la sabida
abulia del parásito; además,
se quedan mis neuronas casi al ras
de ver la adversidad en su caída.
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La cuestión es andar, andar, andar,
dejando galopar al corazón,
sintiendo como encaja el recorrido;
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y buscar siempre el modo de avivar
el fuego arrollador de la razón
que goza siendo un cómplice atrevido.


miércoles, 3 de enero de 2018

Gracias, gracias y gracias... (Soneto alejandrino)

Esta carta que escribo quiere daros las gracias
por el sol y la lluvia, las montañas y el río,
por el cielo ostentoso..., y el dulce escalofrío
que sacude mi cuerpo entre hermosas acacias.
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Esta carta que escribo alardea de audacias
que me pillan eufórica, porque fue un desafío
el pediros mi anhelo, y es ahora que río
al sentir que mis sueños nunca fueron falacias.
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Gracias, gracias y gracias, y por adelantado,
porque llegastéis antes de lo que yo pensaba,
y todavía pienso si no será mentira,
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si no estaré viviendo un proyecto encantado,
y el Baltasar de Oriente, que en mis sueños flotaba,
me esté tomando el pelo y en su feudo delira.

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